
Fui diagnosticado con cáncer de próstata y hueso, con una esperanza de vida de entre 5 y 7 años. Gracias las terapias con Marvilán aprendí a encontrar en mi pasado las raíces de mis problemas de salud, aprendí a valorarme a mí mismo, a cambiar mi forma de pensar hacia mi entorno y a ser agradecido. Hoy sé que todo este trabajo funciona porque ya estoy sano.
Hace cuatro años, Fernando enfrentó una noticia devastadora: un cáncer de próstata que se había extendido a los huesos. Tres médicos diferentes le aseguraron que su condición era incurable, dándole una esperanza de vida de apenas cinco a siete años. Lejos de aceptar este destino, Fernando se sumergió en la búsqueda de alternativas, lo que lo llevó a descubrir la física cuántica y, finalmente, las terapias de Marvilán.
Su proceso de sanación se basó en comprender que el cuerpo es energía y que los pensamientos generan la química que lo afecta. A través de la hipnosis, Fernando trabajó en las raíces de sus programas mentales desde la infancia; mediante la meditación cuántica, aprendió a hablarle a sus células con amor y a modificar su propia química corporal. Además, utilizó la terapia del espejo para fortalecer su autoestima y la visualización en tiempo presente para verse ya sano.
La transformación interna fue radical. Fernando pasó de ser una persona “enojona” y estresada a un hombre empático que bendecía su entorno. Este cambio energético se reflejó incluso en su trabajo, donde compañeros que antes percibía como hostiles comenzaron a tratarlo con un cariño inesperado. Físicamente, su energía se disparó: a pesar de la quimioterapia, logró mantener dos empleos y realizar ejercicio intenso durante horas.
El resultado médico fue asombroso. Sus niveles de antígeno prostático (PSA), que estaban en un nivel crítico de 70, bajaron progresivamente hasta llegar a 0.1. Los médicos, sorprendidos, confirmaron que el cáncer había desaparecido por completo. Fernando enfatiza que, aunque el cambio no es instantáneo y requiere de tres a seis meses de disciplina, la sanación es posible si se transforma la conciencia.