Mi amigo el espejo

En una época de mi vida entendí que mi mejor amigo era el espejo, como ya te he contado parte de mi historia, te podrás imaginar que llegó a mí para enseñarme quién era y ayudarme en mi proceso de sanación, y ¡así es!

Aprendí esta técnica en los libros de Louise Hay. Sin embargo, a lo largo del tiempo fui encontrando más información en otros autores. La curiosidad y el darle explicación a los cambios que estaba pasando, no sólo en mi cuerpo, sino también en mi vida, me llevó a ir perfeccionando la técnica a la medida que hacía la terapia ante el espejo. 

Al mirarme directamente a los ojos y repetir afirmaciones positivas, fue el método más eficaz que he descubierto para aprender a amarme a mí misma y ver el mundo como un lugar seguro y amable. Debes entender y tener claro que todo lo que decimos o pensamos es una afirmación. Todas nuestras conversaciones interiores, nuestros diálogos mentales, son cadenas de afirmaciones. Estas afirmaciones son mensajes que mandamos a nuestro subconsciente, cuya finalidad es la de establecer hábitos en nuestra forma de pensar y de actuar. 

Las afirmaciones son pensamientos e ideas que actúan de forma curativa y que, dependiendo de la fuerza e intensidad que con el que las digamos, nos ayudan a fortalecer la confianza y estima hacia nosotros mismos.

Cuando creas un estado mental fértil estás en disposición de activar la felicidad y el amor en tu vida. Comprobé que, al repetir afirmaciones en voz alta frente al espejo, era reafirmar mi aprendizaje y de alguna manera sentía cómo mi cerebro reaccionaba mejor al escucharlo que al pensarlo y lo demostré porque mis emociones afloraban con mayor facilidad.

El espejo refleja los sentimientos que están dentro de ti, respecto a ti mismo y hacia otras personas. Te ayuda a reconocer enseguida aquello a lo que opones resistencia, lo que no quieres recordar o traer al presente o, en otro caso, a lo que estás abierto y positivo de trabajar y recibir.

Te muestra claramente qué pensamientos y sentimientos tendrás que cambiar si quieres felicidad, equilibrio, armonía y prosperidad en tu vida. Cuanto más avances en el trabajo del espejo, más consciente serás de tus palabras y de tus actos. Aprenderás a cuidarte a un nivel más profundo de lo que lo has estado haciendo hasta ahora. 

Cuando te suceda algo bueno, mírate al espejo, da gracias y enorgullécete porque lo estás haciendo muy bien. Y si, por el contrario, te sucede algo no tan bueno, mírate al espejo y di frases como: «te quiero», «ya todo pasa», «todo está bien» y «te quiero, la próxima vez lo haremos mejor». A la mayoría nos cuesta ponernos delante del espejo y enfrentarnos a nosotros mismos, por eso a este proceso lo llamamos el trabajo del espejo. 

A La medida que trabajamos con el espejo, notarás que te criticarás menos y te amarás más, tendrás más paciencia para ti mismo. El espejo deja de ser un enemigo, en el que te criticabas, o peor aún, no lo mirabas porque no te gustaba lo que veías en él, pasa a un mejor plano en tu vida y se convierte en nuestro mejor amigo. 

El trabajo del espejo es uno de los mejores regalos que puedes hacerte a ti mismo. Es muy importante que siempre al mirarte frente al espejo, te digas mensajes positivos y debes usarlo con mucha frecuencia. El hacerte cumplidos, aprobarte y apoyarte en los momentos difíciles, te ayuda a descubrir que ya tienes una profunda y agradable relación contigo mismo. Al mismo tiempo, notarás como cambias tus hábitos mentales, te sentirás más saludable, enérgico, valioso y feliz, dándole sentido a tu vida.

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