El miedo es una emoción normal y necesaria como todas las demás.
Es una reacción fisiológica de defensa y adaptación que activa el estado de alarma ante potenciales amenazas; sin embargo, cuando el miedo se propaga más rápido que el peor de los virus, cuando el temor de sólo creer que puedes contagiarte o unos de tus seres queridos, es en ese momento donde pierdes la razón porque es muy complicado mantenerte en calma.
El cerebro emocional y el racional quedan desconectados, empiezas a generar cortisol en abundancia generando estrés y tensión. Tu sistema inmunológico, tu sistema nervioso central entran en colapso y se desactivan, dejando a tu cuerpo total y plenamente indefenso. Demostrando nuevamente que el miedo es, comparado con los virus conocidos, el más contagioso e incontrolable.
Es momento de actuar y reaccionar, una emoción negativa puede ser eliminada por una emoción mucho más fuerte que es una positiva, esta se impone a la primera razonando sobre el tema o aportando información de cómo protegerse, cómo evitar contagiarse y de esa manera envías señales positivas a cada célula de tu cuerpo para que trabajen a tu favor y en perfecto estado de tranquilidad. Puedes manifestarlo a otras personas y ayudar a controlar la propagación tanto del virus como la más importante, la emoción negativa de miedo. Recuerden que los pensamientos son más poderosos que los medicamentos y con esto estas alimentando tus células y nutriéndolas de amor, subiendo así la frecuencia de las energías de tu cuerpo limpiando sus miedos y los miedos de la humanidad.
Si analizamos un poco el coronavirus tiene algo positivo, las personas están empezando a ver su salud primero que todo y sobre todo su salud integral, creando consciencia de cuidarse a ellos a los suyos y al prójimo.