Tu cerebro ha sido condicionado por ti para ver tu realidad tridimensional de una manera muy limitada. Cuando enfocas tu atención día a día a esa realidad, tu cerebro naturalmente reduce su enfoque en todo lo material, es decir, el dinero, el trabajo, las relaciones y de una manera simplificada podemos decir, que se refiere a todo lo que te rodea.
En el estudio del funcionamiento del cerebro, descubrieron que cuando está activo, emite ondas electromagnéticas, y por medio de equipos especializados, la ciencia ha podido captar esas frecuencias de ondas y clasificarlas.
En éste artículo, te explicaré de forma detallada cómo funcionan esas ondas y cómo, o cuándo puedes cambiar el estado de tus ondas cerebrales y que efectos ocasionan en ti.
Cuando lees o escuchas que tu cerebro está en estado de ondas beta, es cuando el cerebro se encuentra en estado de alerta, despierto. Estás haciendo tus actividades rutinarias, estás prestando atención a tu entorno. En ese estado es donde se da el principio de la meditación y, a partir de ese momento, es cuando se comienza a regular y cambiar tus ondas cerebrales. En ese punto, es posible cambiar tus ondas cerebrales de ondas beta a ondas alfa, pero sólo lo logras cuando tu mundo interno empieza a ser más real que tu mundo externo, es decir, cuando logras aislar o calmar tus pensamientos recurrentes, pensamientos de preocupación, ocupación o recuerdos y sólo te enfocas en lo que estás viendo, sintiendo o visualizando en la meditación.
Cuando comencé todo éste proceso me di cuenta que, a pesar de hacer relajación, meditaciones, visualizaciones y afirmaciones, no tenía el efecto deseado. Era obvio que había algunos cambios en mi conducta, en mi manera de actuar, de pensar, pero, aun así, notaba que no lograba hacer cambios significativos, en mi cuerpo o mis emociones. Sentí frustración, dije “Me rindo”, “nada de esto funciona”. Lo solté y me di por vencida, pero justo en ese momento, entendí que mi mundo interno se tornaba más real que mi mundo externo. Sentí un amor inmenso hacia mí misma, una tranquilidad indescriptible. Todo cuanto estaba buscando, estaba allí, en mi interior.
Luego de averiguar por medios de libros y publicaciones científicas, descubrí lo que había pasado en mí, sentí como ante mis ojos, mi cerebro pasó de patrones de ondas beta a patrones de ondas alfa, y ¿cómo saberlo sin el estudio de un examen específico para esto?, como un encefalograma. Sin embargo, los cambios que había manifestados eran prueba directa de lo que decía en las literaturas.
A partir de allí, se me hizo cada vez más fácil el hacer cambios de estados de patrones cerebrales beta, siendo el cerebro pensante, a patrones cerebrales alfa, que es un estado más profundo, donde las ondas del cerebro comienzan a frenarse, son más lentas, y te permite conectar con el cerebro analítico, permitiéndote entrar a esos programas, hábitos y comportamientos subconscientes, que son los causantes de la enfermedad, problemas personales, fobias, miedos, depresión, obesidad, entre otros. En ese estado, tendemos a no escuchar la voz que nos habla en nuestros pensamientos, como pensamientos saboteadores, sino que comienzas a ver todo como imágenes o fotos en tu mente, es decir, sólo como recuerdos, sin sentir la emoción de lo vivido y lo que te permite conectarte con tu mundo interior, con tu esencia.
Adicionalmente, experimenté que podía llegar a un nivel más profundo meditativo, donde el cerebro, según los científicos, llega a estado de ondas cerebrales Theta. Allí, te encuentras en un estado muy sugestionable y es donde se lleva a cabo el proceso hipnótico, es decir, pude experimentar la capacidad que tenía de aceptar, creer y de entregarme a la información que estaba recibiendo sin ningún tipo de análisis. En ese estado cerebral, las ondas son aún más lentas que en el estado alfa, y el cuerpo está semidormido, mejor dicho, eres consciente en tu mente subconsciente, en ese punto, es cuando tu mente consciente se está fusionando con tu mente subconsciente y puedes crear orden y equilibrio entre ellas.
Cuando vas más allá de ti mismo y superas lo conocido en tu realidad externa, sucede algo mágico, comienzas a crear una conexión energética con el corazón y tu cerebro y cuando hay más energía en el cerebro y más energía en el corazón, hay más nivel de consciencia en tu cuerpo, en tu entorno y en tu tiempo.