1. Debes saber que la curación es posible.
Dejar la creencia que existen enfermedades incurables. Si es tu patrón de creencias, entonces tus células te escuchan y aceptan que es la verdad. Eso está en tu inconsciente y afecta todo tu proceso de la bioquímica del cuerpo, degenerando en la enfermedad.
2. Toma consciencia de la causa de la enfermedad y opta al cambio con la disposición de sanarte.
Para sanar, todo lo que debemos hacer es purificar la energía de nuestro cuerpo, permitiendo que no esté obstruida. Así, nuestros átomos y moléculas pueden forman sus estructuras perfectamente, evitando que no haya interferencia energética que interrumpa el flujo constante de la energía de nuestro cuerpo.
3. Medita.
Cuando nos topamos con nosotros mismos desde la conciencia pura y sin pensamientos a través de la meditación, nos abrimos a esa energía que nos permite estar en el sentimiento de bienestar, otorgándonos conocimientos con un poder asombroso para crear la realidad, afectando de manera directa nuestra biología.
4. Rodéate de personas alegres.
El contacto sincero, como un abrazo, el sentirse comprendido, o simplemente darse cuenta de que no estamos solos, es siempre más poderoso que cualquier medicamento. Sobretodo cuando esa persona te hace reír. Esas son razones para tomar la decisión de vivir con total y plena salud.
5. Aprende todos los días algo nuevo que sea favorable para ti.
Lee libros. Si no dispones del tiempo para ello, escucha audios libros mientras haces tus actividades. Revisa podcasts y videos que te ayuden. Una excelente opción es ver películas que te hagan reír, porque la risa tiene efectos sanadores.
6. Nutre tu cuerpo con amor.
Comemos todos los días, varias veces al día y, muchas veces, comemos sin pensarlo. Lo hacemos por costumbre, sin darnos cuenta de lo importante que son estas pequeñas decisiones. Se nos olvida que lo que ingerimos les permite a nuestras células funcionar, cada bocado tiene un papel fundamental en nuestra salud.
7. Dar gracias por adelantado.
Todo en el universo está hecho de energía, lo dice la física cuántica. Todo el universo está hecho de partículas subatómicas que componen todo lo que existe. Nuestro pensamiento es la forma de generar esa energía. Cada vez que tenemos un pensamiento, emitimos electricidad; pero cuando tenemos el pensamiento se genera una emoción y esas emociones van hacer que se genere dentro de nosotros un campo magnético. Al unirse el pensamiento con la emoción, se genera un campo electromagnético en el corazón que se emite hacia la energía cuántica del Universo.
Debemos entender que tenemos que dar las gracias como si mi plegaria ya fue escuchada y respondida por el universo. Decidamos vivir totalmente sanos.